El tema del tamaño de los recipientes para cultivar es importante, y yo lo he tenido en cuenta desde el primer día que tuvimos el mini huerto, y sin embargo no he publicado ningún post sobre este tema. Y llevaba dándole vueltas a este post, y precisamente esta semana, Sonia, una lectora de este blog me comentó que sus lechugas crecen muy poco, son casi mini, así que he pensado que este fin de semana era el momento para hablar un poco del tamaño de los contenedores.
Lo primero que tenemos que tener en cuenta es que para que las plantas crezcan adecuadamente, las hortalizas necesitan tener un volumen similar de raíces y hojas. Por lo tanto es lógico pensar que una tomatera necesitará un contenedor con mucho volumen, para poder crecer en condiciones.
Lo segundo es que hay que fijarse en el volumen del recipiente, y no sólo en la profundidad. ¿Y porqué? Pues porque si las raices no encuentran espacio en la parte inferior para crecer, empezaran a crecer en horizontal. Me imagino que todos habreis comprado plantas ornamentales , y cuando las quereis transplantar habreis visto que muchas veces las raices dan vueltas en forma de espiral, es por que están buscando espacio.
Dicho esto, tendremos que tener en cuenta la distancia entre una hortaliza y otra, imaginad que plantamos lechugas con poca distancia entre ellas, y que además el recipiente no es muy profundo, ¿que pasará? pues que no tendran suficiente espacio, y se harán la competencia unas a otras. O bien imaginad que las plantamos con poca distancia entre ellas, pero tiene el recipiente tiene suficiente profundidad, pues no habrá problema.
Son pequeños detalles a tener en cuenta, y os tengo que confesar un secreto, yo no he tenido en cuenta con mi planta de berenjena. Os lo cuento, en Agosto compramos unos planteros de berenjena para cultivar en hidroponia, porque en tierra no tengo suficiente sitio para una planta tan grande, pero se me ocurrió hacer la prueba y plantar uno de los planteros en un recipiente pequeño, en este caso una garrafa de 5 litros de agua. Yo no sabia qué iba a suceder con ella, y el resultado ha sido que la planta fué y fué creciendo, evidentemente no igual que un contenedor grande, e incluso empezó a echar unas preciosas flores, y para mi gran sorpresa una de ellas se polinizó, y una pequeña berenjena empezó a crecer. Yo no me lo podía creer, pero para que veais que no os engaño os enseño unas fotos. Estoy encantada con esa solitaria berenjena.