Seguro que muchos de vuestros huertos ya empiezan a tener tomates, son los reyes del verano, y los que los que cultivamos tenemos el placer de disfrutar de su color, su sabor y su olor. Es mi hortaliza favorita, así que para este verano no podia faltar una receta con este maravilloso producto y que Sonia del blog Entre Harinas nos ha preparado. Ya sabeis …… del huerto a la mesa.
TARTA DE TOMATE
Tomate, las manos le huelen a tomate. Si se las acerca aún puede aspirar el sol que lo ha bañado. Sus manos rozaron casi imperceptiblemente las matas mientras esquivaba las macetas al regar. Esos escasos tres metros que se han convertido en su válvula de escape. En él se aísla, en el respira, en él se restaura. Una pequeña maceta de menta, los tomates y el romero, los geranios, un rosal y una buganvilla que dificultan cada vez más su paso. Poco le importa porque sus manos irradian vida, sol y por unos momentos se ha podido olvidar de la fea bandera que preside el balcón de enfrente y a horas de resignación frente a un ordenador. Si tan solo pudiera encapsular su fragancia en un frasco y abrirlo cuando su alma se enrosca como un ovillo a su pesar. Dejaría desprender el sol impregnando las calles de su infancia, cuando el tiempo no parecía tener fin y las risas, las luchas de agua en ropa interior y las chanclas de goma con hebillas formaban parte de su ser. Tomates, la ensalada de su madre y los helados que se le subían a la cabeza. Verano.
Esta tarta es tan sencilla que hasta da vergüenza explicarla. Pero el resultado es fresco y ligero e ideal para una comida veraniega con o sin amigos. Es una receta francesa que mi pareja siempre hace cuando quedamos para un picnic. Lo único más complicado es preparar la masa brisa. Hay dos opciones, la primera correr al super más cercano. La segunda hacerla nosotros mismos.
Si la hacemos nosotros necesitaremos:
250 g de harina floja, 125 g de mantequilla fría, 5 g de sal, 80 g de agua
Elaboración:
Para hacer la masa brisa es mejor ayudarnos de la amasadora, a mano es complicado obtener la textura de parmesano que necesitamos obtener mezclando inicialmente la harina, la mantequilla y la sal. Esto lo conseguimos amasando la harina con la mantequilla y la sal con ayuda de la pala y subiendo poco a poco la velocidad. Luego cambiamos la pala por el gancho y vamos añadiendo en tres veces el agua. No trabajamos la masa mucho y siempre a velocidad baja porque no nos interesa que se cree mucho gluten. Una vez la tenemos la filmamos y la guardamos en la nevera una horita más o menos.
Una vez tenemos fría la masa, la extendemos y forramos el molde bien de manera que no queden espacios vacíos entre la base del molde y la base de las paredes. Es importante hacerlo sin prisa. Las paredes tienen que sobresalir un poco por arriba pero cuidado que no cubran los bordes o una vez cocida no la podréis sacar.
Si la tarta es grande es mejor dejarla un par de horas fuera y luego precocerla a 100º durante 30 minutos sin poner nada dentro. Mientras esté caliente le podréis volver a dar forma si se levanta la base o se bajan las paredes.
Y ahora para el relleno. Necesitaremos 4 o 5 tomates, mostaza de la buena, hierbas de provenza y emmental.
Elaboracion:
Primero untamos con una cucharada de mostaza la base. También optativamente (esta es mi versión) podéis añadir mostaza en el agua de la masa cuando hacemos la brisa.
Cubrimos la base con emmental y laminamos bien finos los tomates. Colocamos encima del emmental y volvemos a cubrir los tomates con una segunda capa de emmental. Añadimos las hierbas y al horno a 180ª durante media horita.
¿Fácil no? Pues está deliciosa.
Y si tienes huerto …. y aunque no lo tengas
La historia del tomate comienza en Suramérica se cree que en la costa del Perú, y sobre el año 1519 viajó de Perú a España. En realidad el tomate es una fruta, aunque pueda parecer que no. El tomate se consideró al principio un alimento tóxico, y por eso hasta el año 1731 no se comenzó a consumir en Europa.
El tomate es el rey del verano y de los huertos urbanos. Es el mas deseado, el más amado y el más admirado. Son tantas sus variedades, formas, sabores y texturas que conocer todas es algo casi complicado.
El tomate es un cultivo relativamente sencillo, conviene hacer semilleros para luego trasplantarlos a la tierra, requiere muchas horas de sol entre 7 y 8, le gusta el riego pero sin excederse, pero en verano sobre todo si se cultiva en recipientes hay que regar todos los días. Hay variedades de mata baja que se pueden adaptar muy bien a un huerto de balcón, y variedades que crecen más de dos metros. Las únicas técnicas que requiere el tomate son el entutorado de las ramas para sujetar la planta y sus ramas, y la poda de las ramas jóvenes que crecen entre el tallo principal y las ramas laterales. Es aconsejable realizar esta poda porque la planta del tomate es muy exuberante y así conseguiremos airear las plantas y evitar la formación de humedad que atraerán a los hongos, y también conseguiremos que los frutos se engorden y se hagan más grandes.
Como os he dicho hay infinidad de variedades en cada zona, incluso en cada país, hay variedades con piel gruesa, otros con piel muy fina ideales para ensaladas, variedades enanas como los cherry, de colores amarillos, negros, verdes, variedades de tomates acostillados y huecos por dentro, variedades alargadas, otros muy llenos y casi sin semillas, variedades para conserva, y variedades para guardar para el invierno, y variedades dulces ó ácidas.
Os invito a curiosear y buscar las variedades de vuestra zona y a disfrutar de su cultivo y de sus sabores.
CULTIVA TU CORAZON VERDE
NO TE PIERDAS EL PLACER DE TENER UN HUERTO EN CASA
BUENA COSECHA A TODOS ¡¡¡