Las plantas también respiran y lo hacen tanto por las hojas y los tallos, como por las raíces. ¿Y como respiran las plantas? Consumen oxígeno y expulsan dióxido de carbono. Lo curioso es que la cantidad de dióxido de carbono que desprenden es menor que la que absorben para realizar la fotosíntesis, y el oxígeno que adquieren es menor que el que desprenden, de esto se desprende una consecuencia muy importante, las plantas favorecen el equilibrio que tiene que existir entre el oxígeno y el dióxido de carbono, con lo cual la presencia de vegetación limpia la atmósfera y la hace más respirable.
Pero os he dicho que las plantas también respiran por las raíces, y aquí es donde pueden encontrarse con problemas. Ellas tienen que capturar el oxígeno de los pequeños espacios que hay en el suelo. De esto podemos sacar dos conclusiones, si el suelo está muy lleno de agua, las raíces no respiran, y si el suelo es muy compacto, tampoco respiran.
¿Qué síntomas podemos detectar en nuestras plantas que nos indiquen que las raíces no están respirando en condiciones? Las hojas se vuelven amarillentas, y la raíz se pudre y puede arrancarse con facilidad. Este síntoma puede confundirse con la falta de abono, así que tendremos que estar muy atentos.