Las lechugas nos están dando muchas alegrías. Ya hemos recolectados dos veces. A mí me dá la impresión de que van muy rápido. Me imagino que será lo normal, pero no lo esperaba. Ya os dije que el día 1 de Noviembre hice el transplante de algunas lechugas al contenedor definitivo, y el día 14 ya pudimos hacer la primera recolección, y el pasado fin de semana hice la segunda recolección.

Así estaban las lechugas justo en el momento de hacer la primera recolección.

Os pongo esta otra foto para que veais como es la variedad de lechuga morada que estoy cultivando. Parece una flor ¿verdad?

Como ya os dije en el anterior post, no sabía si arrancar enteras las lechugas, o ir cortándoles hojas. Así que ante la duda, hice las dos cosas. Lo siento, pero fui incapaz de decidir. Arranqué dos lechugas, y a otras dos les corté las hojas más grandes. Resultado, las que les corté las hojas han seguido creciendo sin ningún problema, y ahora están muy grandes. Pero como tengo pocas lechugas , si únicamente les quito hojas, pues tengo muy poca cantidad para hacer ensalada, y la finalidad última de cultivar es poder comer después lo que cultivo, con lo cual, me resulta más práctico arrancar las lechugas.

Una vez tomada la gran decisión de arrancar las lechugas, se me planteó otra cuestión, a este ritmo me voy a quedar sin lechugas en dos días. Pero esto lo he solucionado, porque todavía tenía lechugas en los contenedores de yogurt sin transplantar, así que el pasado fin de semana, las pasé al contenedor grande. Y ahí las tengo creciendo. Y he hecho un nuevo plantero de lechugas. Así la idea es tener siempre plantero, y así podré ir sustituyendo las que quite con las nuevas.

Uffff, no sabía que cultivar lechugas me iba a hacer pensar tanto. Menos mal que es divertido. Seguiremos otro día.